En la actualidad, la transformación digital en la educación pasa necesariamente por la adopción de un LMS o Learning Management Systems. Este tipo de aplicación soporta la gestión y el control del aprendizaje dentro y fuera del aula de clases. A diferencia de un ERP o Enterprise Resource Planning, que gestiona los procesos administrativos, el LMS gestiona el proceso de enseñanza aprendizaje.


Los LMS brindan herramientas que permiten la interacción entre los estudiantes y docentes, tanto sincrónicamente, como asincrónicamente, tales como las videoconferencias, evaluaciones, entregas de trabajos y asignación de calificaciones, y un sinnúmero de actividades académicas que enriquecen el proceso de aprendizaje.

En las instituciones educativas la necesidad de un LMS hoy en día es muy obvia. Pero, para los tomadores de decisión, es un tema pendiente, sobre todo, porque no hay un LMS, sino muchos. ¿Qué características debe tener un LMS? ¿Qué capacidades en cuanto rendimiento deben tener? ¿Cómo se debe administrar? Las instituciones educativas deben considerar y evaluar un conjunto de variables que permitan elegir el LMS adecuado para la organización, con la finalidad de sacarles el mayor provecho. Estas son 3 variables fundamentales:

1. Rendimiento: Un LMS debe rendir bien. Al ser gestores de contenido, es primordial que el usuario tenga la mejor experiencia de navegación. Se debe poner mucho énfasis en este aspecto, sobre todo, si se tiene un LMS de código abierto, como Moodle. Aunque sea una de las mejores aplicaciones, su rendimiento dependerá de la infraestructura tecnológica donde se monte. La institución educativa debe garantizar que la aplicación cuente con los recursos tecnológicos adecuados: memoria, espacio en disco, ancho de banda, etc.

2. Vigencia o nivel de actualización: Los LMS están en una evolución constante, por lo que se debe apostar por aquel que ofrezca las mayores novedades al respecto. Hoy en día un LMS que se logre integrar con otras aplicaciones para mejorar la relación y productividad entre sus usuarios es fundamental.

3. Capacidades en seguimiento o tracking: Al ser aplicaciones de uso en diversos contextos, un buen LMS debe ofrecer la posibilidad de dar seguimiento al usuario en cualquier módulo o página. Por ejemplo, que un docente pueda validar si un estudiante comenzó un examen o no, es una ventaja que puede sacar a la institución de un problema.

Cuando la institución haya determinado cuál es el LMS que mejor se adapta a sus necesidades y presupuesto, se le recomienda no perder de vista las mejoras que pueden ir adoptando para sacarles el máximo provecho. Se recomienda:

1. Desarrollar metas estratégicas: Los LMS ofrecen grandes posibilidades, pero no se pueden materializar de manera inmediata. Se necesita de un equipo que proponga una estrategia, y que evalúe, adopte, incentive y mida cada mejora a aplicar.

2. Aprovechar las herramientas externas que se pueden usar en conjunto a los LMS: Los LMS ofrecen muchas herramientas, pero tienen un límite. Al contrario, en la web existen innumerables aplicaciones que se pueden combinar con los LMS y ayudan a enriquecer el proceso de enseñanza aprendizaje.

3. Evaluar la satisfacción del usuario: Es importante escuchar a los usuarios. Sobre todo a los estudiantes. Se puede incluir alguna pregunta sobre la satisfacción de uso del LMS en la evaluación docente, pero no es lo mejor, pues estará relacionada a la forma en que el docente imparte su clase. Si se puede solicitar retroalimentación de forma independiente, mejor. Y si se puede ir más allá, es recomendable ejecutar proyectos pilotos para que algunos usuarios prueben nuevos módulos o herramientas antes de ofrecerlas a todos los demás, y así garantizar que sea del agrado de todos.

Te invitamos a contactarte con nosotros para obtener más información acerca de los LMS, y apoyarte a evaluar y elegir la aplicación más adecuada para tu institución.