En contraste con los cursos presenciales, a los cursos virtuales, en general, se los ve como cursos de segunda categoría. Esta creencia dice que la experiencia en el aula, a través de la interacción con el docente y el grupo de clase, propicia la atención, y por tanto, el aprendizaje. Aunque no le falta razón, sabemos que la interacción en el aula no es una garantía, hacen falta otros elementos para alimentar el proceso de aprendizaje.


Con el uso extendido de la enseñanza virtual a través de los Learning Management System (o sistemas de gestión del aprendizaje), se ha avanzado muchísimo en cuestiones de control escolar a distancia, especialmente en el acompañamiento del proceso de enseñanza aprendizaje. Pero, la tecnología, por sí misma, no puede garantizar la calidad del aprendizaje, lo que le convierte en un reto para los rectores, personal administrativo, docentes y, para el estudiante mismo.

Por eso queremos compartir algunos consejos o tips que favorezcan la calidad del aprendizaje en los cursos virtuales:

1. Generar la necesidad de aprendizaje

Uno de los cambios más notorios de la virtualidad, es la necesidad de emplear más tiempo de autoestudio por parte del estudiante. Se requiere que los estudiantes se sumerjan en los materiales académicos y sean capaces, por sí mismos, de generar la necesidad de seguir aprendiendo. Si no se genera esa necesidad, muy difícilmente las distracciones le darán cabida al estudio.

2. Planificar el tiempo de estudio


Muy relacionado con el punto anterior, si el estudiante aparta tiempo para estudiar, muy difícilmente estudiará. Para que los cursos virtuales sean exitosos se requiere disciplina, sobre todo, en la administración del tiempo. Las instituciones educativas deben antes educar a los estudiantes a organizar su tiempo. Es necesario que se establezcan con antelación las horas de autoestudio para cada curso, y que se planifiquen con antelación las entregas de tareas. Si hay trabajos grupales, el estudiante debe organizarse y repartirse con tiempo las responsabilidades.

3. Fomentar la investigación

La investigación es de las actividades académicas más ricas, pues incentiva al estudiante a estudiar usando sus propios recursos. En cambio, las lecturas, las reflexiones, e incluso, los exámenes, parten de materiales académicos previamente dados.

4. Acondicionar un lugar adecuado para estudiar


Gracias a las nuevas tecnologías es posible conectarnos desde varios dispositivos casi en cualquier lugar para estudiar, pero no siempre esto representa una ventaja si ese lugar no es el adecuado. Por ello, las instituciones deben hacer énfasis al estudiante en lo importante que es la preparación de un lugar en su casa para estudiar. Esto es válido, tanto para las sesiones por videollamadas con sus compañeros y docentes, como para el tiempo de autoestudio. Se les debe indicar que eviten tener cerca elementos distractores como televisores; evitar estar en lugares concurridos o con mucho ruido. Si les es imposible tener un espacio así, es recomendable que frecuenten la casa de un compañero o una biblioteca.

5. Establecimiento de objetivos y metas más específicas


Es aconsejable programar los cursos virtuales en partes pequeñas a través de la consecución de objetivos de aprendizaje específicos, más que por contenidos generales. Los cursos, en este sentido, aunque queden más segmentados, para el estudiante significa que estará más consciente de lo que debe lograr en cualquier momento.

Finalmente, es importante mencionar que la adaptación a estas nuevas metodologías requieren que las instituciones inviertan en formación pedagógica para sus docentes. No basta con convertir el contenido de un curso presencial en uno virtual, intercalando sesiones sincrónicas con tareas asincrónicas. La educación virtual de calidad es posible, pero se deben poner más esfuerzos para conseguirla.