La educación virtual había estado ganándole terreno a la educación tradicional desde hace unos años, sin embargo, con la urgencia de la pandemia del COVID 19, se aceleró de forma desproporcionada hasta superarla por completo, al menos temporalmente. ¿Qué pasará cuando el mundo regrese a la normalidad? Te compartimos algunas claves según nuestra experiencia en Pupitres.
Aunque es cierto que la educación virtual estaba ganándole terreno a la educación tradicional, o a la educación en el aula de clases, la tendencia aplicaba solo para los programas de posgrado y programas no académicos, como cursos de formación libre. Para la educación primaria y secundaria esta tendencia no aplicaba. La urgencia de la educación virtual, sobre todo para la educación primaria y secundaria, por tanto, ahora se ha convertido en la urgencia para regresar a la educación tradicional. En el caso de la educación terciaria, hay una menor presión para regresar, pero existe un empuje importante.
¿Por qué creemos que a la educación virtual se le promocionará más ahora que antes de la pandemia? Porque la educación en línea nos ha enseñado varias cosas positivas que deben seguirse cultivando.
1. Que la tecnología es una gran aliada de la educación. Sabíamos lo importante que eran las computadoras y el Internet para la educación, pero ahora lo sabemos porque lo hemos experimentado con más fuerza.
4. Que la metodología de enseñanza virtual puede ser muy enriquecedora si se desarrolla de la manera correcta. Con el uso de plataformas de aprendizaje o LMS (Learning Management System), como Moodle, configuradas según la estrategia pedagógica y las necesidades en general de la institución educativa, las clases pueden ser muy ricas en contenido y experiencias de aprendizaje
6. El control del proceso de aprendizaje, aunque se vuelve más complejo con la virtualidad, se puede llegar a dominar. Aunado al punto anterior, al no haber una interacción directa con el compañero de clase o el maestro, se pasan por alto muchos detalles del proceso de enseñanza aprendizaje que con la simple entrega de trabajos en línea, o la respuesta de un cuestionario, no se logran desarrollar. Esta debilidad, sin embargo, puede enmendarse con el desarrollo de habilidades psicopedagógicas en los docentes, de forma que obtengan de los estudiantes un cuadro de sus personas más enriquecido, y que mediante el uso de dinámicas más integrales, puedan enriquecer el aprendizaje. A partir de acá, se podrá requerir de un mayor compromiso por parte de los estudiantes, porque el contenido ha sido organizado según sus necesidades.